El porqué de los dichos
Expresión convencional que se dice al que está hablando, para advertirle de la proximidad de otra persona ante la cual conviene callar. Se aplica cuando hay niños o inocentes que pueden escandalizarse, o cuando hay personas que no conviene que oigan lo que se habla.
Según Sbarbi, esta frase procede del argot de prisiones y la emplean los reclusos cuando quiren llamar la atención a sus compañeros para que disimulen o se reporten en el hablar, por hallarse próximos los carceleros, jefes, autoridades, etc.
Etiquetas: El porqué de los dichos, Punto de vista
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