El porque de los dichos
Quien se fue a Sevilla, perdió su silla
Este dicho debió de originarse del siguiente hecho histórico que refiere Diego Enriquez del Castillo en Su Crónica del Rey Enrique IV:
En tiempos de Enrique IV le fue concedido el arzobispado de Santiago de Compostela a un sobrino del arzobispo de Sevilla, don Alonso de Fonseca, y como el reino de Galicia estaba muy alterado, creyó el electo que el tomar posesión iba a costarle Dios y ayuda. Se lo pidió a su tio, y éste convino en que iria él a Santiago a pacificar Galicia, y que mientras tanto quedase su sobrino en el arzobispado de Sevilla.
Don Alonso de Fonseca restableció el sosiego en la revuelta diócesis de Sevilla; pero cuando trató de deshacer el trueque con su sobrino, éste se resistió a dejar la silla hispalense.
Hubo necesidad, para apearle de su resolución, no sólo de un mandamiento del Papa, sino de que interviniera el rey y de que algunos partidarios del sobrino de Fonseca fueran ahorcados después de un breve proceso.
Monlaú, que refiere esto en su libro Las mil y una barbaridades, termina así:
"Dedúcese que el refrán debe decir que la ausencia perjudica, no al que se fue a Sevilla, sino al que se fue de ella".
"Del porque de los dichos de José María Iribarren"
Este dicho debió de originarse del siguiente hecho histórico que refiere Diego Enriquez del Castillo en Su Crónica del Rey Enrique IV:
En tiempos de Enrique IV le fue concedido el arzobispado de Santiago de Compostela a un sobrino del arzobispo de Sevilla, don Alonso de Fonseca, y como el reino de Galicia estaba muy alterado, creyó el electo que el tomar posesión iba a costarle Dios y ayuda. Se lo pidió a su tio, y éste convino en que iria él a Santiago a pacificar Galicia, y que mientras tanto quedase su sobrino en el arzobispado de Sevilla.
Don Alonso de Fonseca restableció el sosiego en la revuelta diócesis de Sevilla; pero cuando trató de deshacer el trueque con su sobrino, éste se resistió a dejar la silla hispalense.
Hubo necesidad, para apearle de su resolución, no sólo de un mandamiento del Papa, sino de que interviniera el rey y de que algunos partidarios del sobrino de Fonseca fueran ahorcados después de un breve proceso.
Monlaú, que refiere esto en su libro Las mil y una barbaridades, termina así:
"Dedúcese que el refrán debe decir que la ausencia perjudica, no al que se fue a Sevilla, sino al que se fue de ella".
"Del porque de los dichos de José María Iribarren"
Etiquetas: El porqué de los dichos
2 Comments:
Lo abras por donde los abras el Iribarren es entretenidísimo. Creo que en América existen variantes de esta expresión, al menos creo recordar que existe una mexicana.
De las frases hechas con mención de lugares me quedo con "Ir de Parla a Puñoenrostro" (ambas localidades existen) y por críptica con "ser más chulo que un 8" que por lo que parece tiene que ver con un tranvia que hacia una parada en un barrio de Madrid.
como tengo el libro de vez en cuando ire poniendo dichos :) gracias por la vista ARc. Es un honor
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