Dia de gatos
¡Ahmmmmmmmm! Ya ha salido el sol, que gustito, me voy a estirar un rato. Me encanta estirarme, sentir crujir mi espalda cuando me pongo toda estiradita desde la punta de las orejas hasta el final del rabo y notar como asoman mis uñas.
Esta es la mejor hora del día, cuando todos en la casa duermen menos yo. Así nadie me regaña cuando me subo a la encimera de la cocina para comer las migas que cayeron al cortar el pan, ni nadie me echa del sofá.
Oigo ruidos arriba, los chicos deben estar despertando, bueno, yo los espero aquí mientras me acicalo.
-¡Mamáaaa! ¿Dónde está mi camiseta roja?....¡Noooo, no está en el armario! ¡Ya la estoy buscando y no la encuentro! ¡Mamáaaaaa, joerrrr!
Ese es Jorge, el pequeño de la casa. No le aguanto, siempre gritando. Y además es un pesado el niño, todo el día detrás de mí, tirándome del rabo y apretándome las orejas. Luego su madre me regaña cuando por defenderme le hago algún pequeño arañazo.
-Hola Pai, bonita-Esta es Cris, mi preferida. Ahora mismo está haciendo algo que me gusta mucho, pasarme toda la mano por el lomo.¡Qué gusto! Voy a ronronearle un poco a ver si me da algo de su desayuno.
Me subo a la mesa, a ella no le importa y me siento muy tiesecita con mi rabo ondulando de aquí para allá, Cris me mira y sonríe-¡Que guapa que eres!-me dice y tiene razón. Soy una gata muy guapa. No sólo porque sea una siamesa, que todo el mundo sabe que tenemos una elegancia especial, sino porque mi color es de un tostado clarito con manchas color café, y mi ojos rasgadísimos de color esmeralda. Así están todos los gatos de la urbanización, ¡loquitos por mi!
-¡Que hace la gata encima de la mesa Cris! ¡Te he dicho mil veces que no me gusta!-Y con un manotazo, me baja de la mesa, ella, mi ama, ¡Bueno, eso es lo que ella se cree!
Porque lo que no sabe esta señora, es que los gatos no tenemos dueño. Nosotros somos los dueños de la casa, y como somos magnánimos les permitimos compartir nuestra guarida. Un día de estos me va a enfadar y va a saber como me las gastos. Porqué yo soy muy pacífica, pero cuando me tocan mucho los bigotes……¡Cuidao!
¡Huy! El tonto del niño se ha dejado la puerta del jardín abierta, voy a aprovechar y salgo un rato, a ver si cazo algún pájaro. No es que necesite cazarlos para comer, estoy muy bien alimentada, entre el pienso y las “chuches” que me caen no paso nada de hambre, pero hay algo en mi que me hace desear cazar, y a falta de ratones buenos son pájaros.
Ya me he cansado de esconderme detrás de los arbustos y esperar a que algún pájaro tonto baje a darse una vuelta por el jardín. Me voy a acercar a la casa de al lado, hay vecinos nuevos y quiero ver como son.
¡Que susto me he llevado! Cuando estaba paseando por el jardín de los vecinos, ha aparecido de repente un perraco ladrando. He dado un salto y me he subido a la verja, desde allí me he quedado mirándole mientras él ladraba como un loco y daba saltos intentando cogerme.
¡Será idiota! Si además es un cachorro, no me había fijado, cuidadito conmigo perrito, que si me enfado te puedo destrozar el morrito. ¡Bah! No merece la pena. Me voy a casa.
Ya se está haciendo de noche, los niños hace rato que llegaron y están en sus habitaciones. Se abre la puerta, ya vienen los padres, me siento generosa, voy a recibirles.
-¡Qué pesada es esta gata! ¡Qué harta me tiene!- Desde luego, esta mujer se la está ganando, casi me pisa el rabo.Me quedaré en el salón mientras cenan no sea que me vaya a dar otro manotazo.
Ya se han sentado en el sofá delante de la caja que hace ruidos, no se para que hacen lo mismo todos los días, si luego se quedan dormidos. Ves, ella ya se ha tumbado y le ha puesto los pies encima a él. Me voy a acercar, él es simpático, seguro que me acaricia.
-¡Miaggg, miaggg!-Eso, eso ráscame detrás de las orejas-¡Miaaag, miaaaag! -Voy a subirme encima de él. ¡Qué duras tiene las piernas! Mejor me pongo encima de la tripa de ella, que es más blandita, con cuidado que no se despierte.
-¡Puñetera gata, me has despertado! ¡Anda, anda, ven aquí, mira que eres melosa, caradura!
En el fondo es buena chica, la voy a perdonar y dejarle que me acaricieEtiquetas: Relatos
1 Comments:
Que lindo relato! me hizo tomar mas conciencia de los animalitos, que tambien sienten y perciben todo lo que ocurre a su alrededor.
Los gatos siameses son super preciosos y elegantes.
Y es cierto ellos no son propiedad de nadie, mas bien son dueños de todo, por eso me gustan los gatos, porque son super independientes.
Besos linda!
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