Oda al preservativo
Están guardados en la funda de mis gafas,
esperando impacientes que les haga cumplir su cometido.
Desde que los compré sabían su destino,
pero los hados no han querido que sean sacrificados.
Yo los miro de vez en cuando con cariño,
pensando en los lindos que se veran
cuando cubran casi por completo
la predestinada carne desnuda.
Parecen frios, desagradables
pero solo es su imagen.
En el fondo cuando están en su ambiente,
se vuelven cálidos y dulces,
pendientes de su misión salvadora.
Estoy empezando a cogerles cariño,
pero no voy a sufrir cuando lleguen a su ocaso
esperando impacientes que les haga cumplir su cometido.
Desde que los compré sabían su destino,
pero los hados no han querido que sean sacrificados.
Yo los miro de vez en cuando con cariño,
pensando en los lindos que se veran
cuando cubran casi por completo
la predestinada carne desnuda.
Parecen frios, desagradables
pero solo es su imagen.
En el fondo cuando están en su ambiente,
se vuelven cálidos y dulces,
pendientes de su misión salvadora.
Estoy empezando a cogerles cariño,
pero no voy a sufrir cuando lleguen a su ocaso
1 Comments:
Holas! que bueno que los estas publicando de nuevo, me encantan todos estos post.
En el del cuarto del hotel, me siento protagonista.
Besos!
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